ESTA CRÍTICA ESTÁ LIBRE DE SPOILERS ASÍ QUE PUEDES LEERLA SIN TEMOR A QUE TE ESTROPEEN NADA DE LA PELÍCULA.
Volvemos al mundo creado por J.K. Rowling esta vez de la mano de la segunda entrega de Animales Fantásticos.
Al final de la primera entrega se nos desvelaba la verdadera identidad del personaje interpretado por Colin Farrell, que no era ni mas ni menos que Gellert Grindewald, interpretado por el enormemente cuestionado Johnny Depp (de esto hablaré más adelante).
Este era detenido por cometer varios crímenes, hechos que dan pie a la trama de esta segunda película que comenzamos a comentar a continuación.
Grindewald lleva 6 meses encarcelado en el Ministerio de Magia y se prepara para ser trasladado, pero claro, todo villano que se precie, tiene un plan maestro para escapar…
Tras un comienzo trepidante la película baja el ritmo, quizas demasiado para mi gusto, con alguna escena destacada de vez en cuando pero sobretodo profundizando en los personajes y en sus motivaciones de los que paso a hablar ahora.
Por un lado tenemos al protagonista que ya todos conocemos, Newt Scamander, con prohibición de viajar por parte del ministerio después de lo ocurrido en Nueva York y como siempre pendiente de sus animales fantásticos.
Bien es cierto que en esta segunda entrega tiene un papel mucho más secundario y se agradece (o al menos yo) la reducción en escenas chorras con animalillos de por medio, y es que la saga en cierto modo empieza a recordarme a Star Wars en la variedad de criaturas que empiezan a aparecer en pantalla.
En el lado contrario tenemos al mismísimo Ministerio de Magia que anda en busca de un chico llamado Credence, el cual piensan que es un eslabón perdido que hay que eliminar para poner fin a los planes de Grindewald aunque entre ellos haya magos que no estén de acuerdo con los métodos, como Tina Goldstein.
A Credence ya lo conocimos en la primera entrega, un chico misterioso que solamente quiere conocer una cosa y es ni más ni menos que su procedencia, su apellido, sus raíces.
Aparte tenemos un montón de secundarios que tienen peso en la trama pero que quedan en segundo plano ante los dos señores de los que paso a hablar ahora.
Y es que el film no va de Newt o Tina, sí algo más de Credence, pero de quien realmente va es de Grindewald y de un viejo conocido, en este caso no tan viejo, Albus Dumbledore.
El señor Jude Law hace un papelazo, sabiente de su poder mantiene un carácter altivo e incluso chulesco de cara a sus amigos del Ministerio de Magia los cuales tratan de descubrir que planea en secreto.
No dudará en echar un cable a su amigo Newt en la aventura que tiene que emprender a la misma vez que ahondamos en un pasado que desconocíamos pero que algunos ya nos olíamos.
Y como colofón, el verdadero protagonista de la cinta (para algo su nombre aparece en el título, digo yo), Gellert Grindewald, interpretado por Johnny Depp, el cual fue vapuleado por la fanaticada tras saberse de su elección en el papel (acusaciones falsas y posteriormente retiradas de malos tratos), la mismísima J. K. Rowling hizo un comunicado diciendo que la decisión era inamovible, dando además motivos de sobra, entre ellos conocer los hechos de los que se le acusaban al actor y sobretodo, el haber ideado al personaje pensando en que solamente el señor Depp podía interpretar al villano.
Tras tal puñetazo en la mesa, Johnny Depp le devuelve el favor a la escritora trayendo con él un villano de los que marcan época, Grindewald se come la pantalla, especialmente conforme llega el final de la cinta.
Sus motivaciones son reales y bastante razonables, las cuales en cierto modo me recordaron al Magneto de Ian McKellen, su sutileza a la hora de seducir tampoco quedan lejos de las maneras del gran Darth Vader y su lado oscuro.
Poco a poco irá consiguiendo sus propósitos dando lugar a un final de esos que dan tanto coraje, esos que te dejan la miel en los labios a espera de la siguiente entrega.
En resumen, desde mi punto de vista está bien esta segunda entrega, quizás peca de un tanto introductoria a lo que creo que es en sí una trilogía, dejando aparte Animales Fantásticos y donde encontrarlos, es por eso quizás que le perdono ese punto negativo.
Hay bastantes guiños a los films de Harry Potter y varios momentos de fan service, por lo demás, el resto de cosas como la fotografía, el vestuario o el CGI no pierden un ápice de calidad con respecto al resto de la conocida y extendida saga.
Con poco o nada más que decir, espero que la disfrutéis y que os quedéis con las mismas ganas que yo de la próxima.