G-Röck: «Rompemos la barrera entre el escenario y el público»

Sexo, drogas y rock ‘n roll es un lema fetiche en la música contemporánea desde hace 50 años. Sin embargo, no existe mejor carta de presentación para esta banda antequerana cuya bebida es el vodka y que viene a tocar rock ‘n roll directamente en tu cara. Con unas letras macarras y unos ritmos frenéticos, G-Röck lleva desde 2009 partiendo cuellos en los escenarios de Andalucía. Empezaron a tronar por Antequera y, desde entonces, se han ido propagando por el resto de nuestra región. Entre tanto, han podido publicar dos discos: Hijos del diablo (2013) y Zippo y gasolina (2015). Los artífices de tan embriagador sonido son Antonio Muriel (1996) en el bajo, Pablo Terol (1996) en la guitarra solista, Adri Mayorga (1996) en la rítmica, Javi Rubio (1995) en la batería y Rafa Muriana (1995) en el micro.

Hoy me reúno con sus dos caras más visibles: por una parte, el infatigable y carismático Javi Rubio, y, por otra, Rafa Muriana, siempre con más dotes de showman que de cantante. Nos sentamos en una terraza bajo la encapotada tarde malagueña entre botellines y cigarros deseando que los primeros embates otoñales no nos hagan desplazarnos. En cierto modo, el cielo no hace más que presagiar la que espero que sea una entrevista eléctrica y chispeante.

En primer lugar, os voy a pedir que me digáis qué os motivó a empezar y qué os motiva a seguir.

Rafa: Las ganas de juntarnos y divertirnos.

Javi: La idea de coger tu puto instrumento, no saber tocar una mierda e irte a hacer ruido con tus colegas. Eso y pelearte con los vecinos.

R: De hecho, no hicimos el grupo con el propósito de llegar a ningún sitio. Sinceramente lo hicimos porque veíamos que nos divertíamos con ello. En realidad, no creo que sigamos en esto porque sea algo de lo que no podamos salir, sino porque nos seguimos divirtiendo.

Una pregunta obligada es el origen del nombre de la banda ¿Por qué G-Röck?

R: G-Röck viene de que con nuestro rock ‘n roll encontramos tu punto G.

J: Pa toas las perras [risas].

¿Cuáles fueron las influencias que moldearon G-Röck? ¿Visteis a algún músico que os hiciera desear dedicaros a esto?

J: Especialmente la actitud de los grupos cañeros de los 80 como Motörhead, Mötley Crüe y de todos los grupos que maman de esa línea como nosotros.

R: Realmente, no estamos tratando de hacer una música que se parezca a la de nadie. Yo creo que G-Röck trata de crear un estilo nuevo dentro de sus márgenes. Si quieres conseguir algo en la música, tienes que meterte por una línea por la que nadie haya entrado. Pero si tuviera que decir un músico que me gustara ser en el escenario, te diría el cantante de los Mötley, un tío guapote y que la lía de puta madre. No sé cómo será abajo, donde hay que ser un tío humilde, pero a la hora de subirte a un escenario, tienes que jugar tu papel, como si estuvieras actuando en un teatro.

Rafa Muriana.

Una curiosidad sobre vuestra banda es que empezasteis ensayando en un garaje y luego durante un año en unos salones parroquiales. ¿Cómo recibió la Iglesia unas letras tan irreverentes?

J: Los crucifijos se daban la vuelta solos [risas]. En realidad, fue de puta madre. Nos apoyaron desde el primer momento. De hecho, nuestro primer concierto fue en la iglesia de San Miguel, en Antequera, junto a Misterland, Zenko Crew y Hammer Battalion. En ningún momento nos han juzgado.

R: La Iglesia está muy pervertida por la parte alta de la jerarquía eclesiástica, como en todos lados, pero en la parte de abajo, yo nunca he notado un rechazo como para pedirnos que cambiásemos las letras. Nos ayudaron y ahorramos mucho dinero. Te están ayudando y no les importa. Creo que la Iglesia está muy mal vista desde fuera. Pero nosotros hemos estado dentro desde siempre y han sido de los mejores años que he pasado en mi vida. Todos hemos nacido de allí y la mayoría de quienes han salido de allí son gente que está todo el día fumando y liándola -y otros no-; se trata de un tipo de ayuda más orientada a la persona.

Vodka, marihuana, mujeres. ¿Y qué opinan vuestros familiares de la música que hacéis?

R: Al principio, eran un poco más reacios. Nos echaban el puteo como encendiésemos aunque fuese solo una cachimba en el escenario. Pero poco a poco creo que cada niño tiene que buscar su mundo propio. Algo que he tenido claro siempre es que mis letras las voy a hacer con lo que siento y no voy a parar de hacerlas porque alguien me lo diga. En el tema de la música sí que nos han apoyado. De hecho, sin los padres, no estaríamos aquí. Nos han llevado a conciertos a todos lados, han invertido pasta en nosotros. Igual que el padre que invierte para que sus hijos estudien una carrera, ellos han invertido para que nos formemos musicalmente. Mis padres prefieren que esté estudiando, pero me encanta cuando estoy tocando y veo que están orgullosos de su hijo porque está haciendo lo que le gusta y se está enfrentando al mundo.

J: Les debemos muchísimo a nuestros padres. Nos han apoyado en todo momento, sin juzgarnos por las canciones. Creo que creen que es de cachondeo [risas].

Hablemos un momento de Hijos del diablo, vuestro primer álbum. ¿En qué condiciones se desarrolla y qué opinión os merece en retrospectiva?

J: A ese disco le tenemos mucho cariño. No está a menos nivel que otra cosa que hayamos hecho. Fue lo que necesitábamos en aquel momento. Salimos a buscar un estudio asequible para nosotros, hicimos canciones guapas y las grabamos en Fuengirola. Para la portada nos ayudó Francisco Domínguez. Fue muy bonito al tratarse de un primer contacto con el desarrollo industrial de un disco. El videoclip tuvo muy buena acogida. En los conciertos se siguen tocando esas canciones y muchas veces la gente se las sabe.

R: Uno tiene que ir avanzando poco a poco. Este último disco, por supuesto, está más currado que el anterior, pero no tiene por qué desbancarlo. De hecho, es al que más cariño le tenemos. Tenemos la canción de Hijos del diablo, que podríamos decir que es nuestra canción mítica.

El videoclip de Hijos del diablo, que lleva el mismo nombre, lo grabasteis en el pub antequerano Le Bistrot. Así como pubs como el CBGB de Nueva York impulsaron la carrera de grupos como los Ramones, ¿Qué representa -salvando las distancias- este pub para el desarrollo de G-Röck?

J: La actitud que tenemos. Nosotros allí estamos agustísimo.

R: Es que nos hemos criado allí. Todos los grupos tienen un bar donde se han tirado al suelo, se han levantado, y el Lebis es el nuestro. Por muchos bares a los que vayas, vas al Lebis y te sientes en casa.

J: Es más mi casa que donde duerme mi madre.

Has pasado más noches allí que en tu casa [risas].

J: Cada vez que nos juntamos allí es una locura. Y el concierto que dimos allí fue de los más bonitos que recordamos.

R: Estaba lleno, pero además lleno de tu gente, la que te ha visto cuando empezaste en San Miguel y que llega ahora y te felicita. Puede que haya gente que no conoces que te felicite, pero no saben de dónde vienes, pero esta gente te ha seguido desde siempre. Esas cosas te ayudan a seguir.

Para toda una generación de antequeranos, el Lebis va a ser como La Mandrágora de Madrid en los 70; es El Local, con mayúsculas.

J: De hecho, ya es una leyenda.

R: El Bar Manolo se ha quedado en Antequera como el referente para la juventud de aquellos tiempos y el Lebis para nuestra generación. Está claro que cuando cierre, como hizo el Bar Manolo, se liará una demasiado potente.

J: Cada noche allí es una puta fiesta.

Si las paredes del Lebis hablaran…

R: ¡No, no! ¡Que no hablen! [Risas]

J: ¡Si los baños hablaran!

Hablemos ahora de vuestro segundo álbum, Zippo y gasolina. Lo habéis grabado en Fusible Estudio, en Almería, y salió a la venta el pasado 19 de agosto. Se trata de un trabajo autoeditado. ¿Nos podéis hablar del proceso y de los cambios que habéis notado respecto a Hijos del diablo?

J: A nivel de producción, está mucho mejor trabajado. Hemos contado con un ingeniero de sonido muy bueno, Raúl Parras, con un diseñador de lujo, Juan Arenas, y para el videoclip con JMV Producciones.

R: Si tuviera que ponerle un nombre al disco sería «la recompensa». Hemos trabajado mucho y creo que ha quedado totalmente reflejado.

También es un disco que habéis sufragado con el dinero que ganabais en los conciertos, que lo metíais en un bote.

Javi: Ni crowdfunding ni pollas. [Risas]

En la canción principal, que es la que le da nombre al álbum, ponéis sobre el tapete -de una forma muy irónica y exagerada- esa situación en la que te gusta una chica fea de la que te avergüenzas delante de los colegas. Para el vídeoclip habéis contado con la peculiar Alba Chica Latina. ¿Cómo surgió esta colaboración con ella?

R: Yo conocí a Alba Chica Latina grabando un videoclip del Niño Snake, el rapero malagueño. Es una tía fea, pero es de estas personas que tiene la belleza en el interior. Es un cielo de mujer. Ellos te lo pueden decir. Cuando estoy con ella, estoy todo el rato dándole besos y abrazos y la gente se queda sorprendida.

El tema del videoclip ha dado mucho que hablar. Hay un sector que piensa que estamos mancillando a las mujeres. Creo que ese es el problema que tenemos en el siglo XXI, que cualquier broma está mal vista. ¿Cómo iba yo a querer desprestigiar a Alba? De hecho, la quiero mucho porque es una grande. Ha sabido coger su fealdad y vivir de ello. Hemos tratado de trasmitir en el videoclip precisamente eso que tú describías.

J: A todo el mundo nos ha gustado alguna vez una persona poco agraciada.

R: Es esa química que surge fuera de la idea preconcebida de belleza. Simplemente te quieres follar a esa persona. Mucha gente critica que la matamos en el videoclip, pero si se pararan a ver el vídeo completo, verían que al principio estoy con ella, después me tira al mar, luego le pego yo un bazucazo, se levanta de zombie… Es algo que hicimos para reírnos.

De hecho, se nota que ha sido un vídeo polémico porque ha llegado a las 6000 visitas en Youtube y tiene «70 me gustas» y 20 «no me gustas». Ahí es donde se demuestra que no ha dejado indiferente a nadie y dónde reside su valor.

R: Cuando estaba en bachillerato, tenía un profesor que decía «lo mejor es que hablen de ti; bien o mal, pero que hablen». Unos pueden criticar el vídeo y decir que no les ha gustado, pero puede que los demás piensen que está de puta madre.

J: Lo que mola es que es original. No hemos hecho el típico videoclip tocando en una casa en ruinas. Queríamos decir algo y lo hemos conseguido.

Una de las canciones que más está gustando del disco es Motel 53. De hecho, Javi me confesaba antes que era su favorita ¿Qué historia se esconde detrás de ella?

R: Cuando una canción se compone es porque me trasmite algo. El riff que tenía esta canción me incitaba a irnos de putas. Somos niños y por eso lo enfocamos desde el punto de vista masculino. Pero igual podrían ir ellas a buscarse un puto. La canción empieza hablando de que estás en el oeste, rollo California, con tu moto y te encuentras en un bar a un viejo que te cuenta la historia de una muchacha que necesitaba la pasta, que follaba muy bien y se mete a trabajar en un puticlub. Por otro lado, hay un tío que empieza a escuchar a una serpiente, que todos sabemos a qué me refiero con lo de serpiente, llega allí, se la folla y se enamora de ella. Por último, habla de que por esa codicia del ser humano se acaba destrozando todo y la destrozan a ella. Lo que quiero reflejar es que en una relación, aunque puedas quererla mucho, hay una parte animal que quiere desarrollarse.

Hablemos ahora de tu canción favorita, Rafa.

R: Sin duda, la de Fuma marihuana por dos grandes motivos. Desde un punto de vista más técnico, creo que hemos mezclado un poco el heavy duro de riffs pesados que tenían grupos como Pantera con el rap, porque no es una canción que toque armónicamente. La canto mucho más rapeada.

Desde el punto de vista filosófico, puedo decir que he estado fumando porros hasta con profesores de mi universidad, que son ingenieros de puta madre. La gente critica la marihuana -y aquí podemos hablar de cualquier droga-. Es verdad que hemos vivido épocas como el tema de la heroína en los 80 y 90. Es cierto que hay drogas que te hacen completamente dependiente, pero como cualquier cosa, como el alcohol, que está permitido, como la música…todo es una droga. Pero si tú la tomas y la controlas, puedes trabajar perfectamente. Casi todo el mundo la ha probado, al menos. Te puede gustar o no, pero no puedes decirle a alguien «tú no vales porque fumas». De hecho, la élite intelectual de España, que se supone que está dentro de las universidades, fuma porros. Es una forma de evadirte. Tú puedes estar trabajando seriamente en un tema, pero hay un momento en el que necesitas salir de tanta humanidad para volver al rollo animal del que hablábamos antes. Y eso es lo que consigue esa droga. De hecho, a mí no me da vergüenza admitir que me encanta irme a un festival, escuchar drum & bass, reggae o rock y tomarme lo que sea, porque lo que quiero es evadirme. Luego llego a mi casa y no estoy pensando en nada de eso. Estoy pensando en trabajar. Y me gusta llegar a casa y fumarme mi porro para dormir. Es mi puta recompensa.

Este tema es muy directo; el estribillo es tan directo que no hay que buscarle nada más: «fuma marihuana».

Javi: Y si hay concierto, ¡rúlatelo! [Risas]

¿Por qué no hay que enamorarse nunca de una pornostar?

J: Porque te follan muy bien y después te dejan tirado. [Risas]

R: Esa historia viene motivada por la primera novia que tuve. Fue el típico amor que tienes de peque. «Pornostar», en realidad, es una palabra más musical. Decir «el amor de tu vida» no le pega a un grupo de hard rock. Lo que quiero reflejar es que tu cabeza no puede salir de ti y transformarse en la de la otra persona porque te puedes volver loco y puedes perderte, que fue realmente lo que me ocurrió a mí; no tengo miedo de admitirlo. Me perdí en esa tía y estuve casi un año dándole vueltas a la cabeza. Realmente no merece la pena. Son momentos que hay que disfrutar y quedarse con lo bueno. De ahí viene lo de que no te enamores de una pornostar.

¿Dónde puede conseguir Zippo y Gasolina la gente a la que le esté gustando esta entrevista?

J: Lo pueden comprar digitalmente en todas las plataformas comerciales de internet, Itunes, Spotify, o lo pueden escuchar gratuitamente. Físicamente, solo tienen que escribirnos a Facebook o al correo. Lo podemos enviar a cualquier parte del mundo. En Antequera, está disponible en Discos Sónar y en el pub Le Bistrot.

Recientemente han aparecido críticas a vuestro álbum en revistas como la Heavyrock. ¿Qué suelen decir de vosotros?

J: Cuando la gente nos escucha, sobre todo la que no nos conoce, la primera impresión que tienen es la de « ¿qué coño está haciendo esta gente?». Esto suena súper rápido y súper macarra y una de las cosas que más me gustan es que cuando nos oyen, nos dicen «sonáis como un puñetazo en la cara». Ese es el efecto que buscamos. Lo que buscamos es reventarte la cabeza en los conciertos, en el disco y en todos lados.

R: Buscamos que tu mente salga de tu cabeza, la dejes aparcada un momento y utilices tu instinto animal porque hace falta evadirse de la sociedad en la que vivimos, que nos limita tanto por vivir tan humanizados y alejados del mundo animal, que es lo que realmente sentimos.

Desde el principio habéis tenido muy claro que los directos son lo más importante, hasta tal punto de que convertís vuestras actuaciones en auténticos espectáculos. ¿Estáis de acuerdo en que los conciertos van a ser el gran medio que van a tener los músicos para vivir de esto en el futuro?

R: Cuando el grupo estaba empezando, hicimos una entrevista con el Chico y el Momo en Laboratorio de Sonidos, el programa de radio que dirige Chipi. Aquel día se decía que el futuro de la música estaba en el directo. Entonces era muy pequeño y no lo entendí. Ahora creo que la música para disfrutar está en las orquestas. Cuando vienes aquí, la música sigue siendo lo básico, pero imagínate que vas a un festival donde toca un grupo muy bueno y estás todo el rato de brazos cruzados. Yo quiero que la gente vaya a nuestros conciertos pensando «sigue, hijo de puta, que mañana vengo otra vez a liarla contigo». Quiero que la gente venga a nuestros conciertos sin problemas en la cabeza, quiero que vengan a disfrutar. Por eso lo enfocamos todo tanto al espectáculo del directo. Tú vas a un concierto de AC/DC y empiezan a tirar fuegos y te quedas impresionado, y ese recuerdo se te queda para toda la vida.

J: No hacemos nada si la música se queda en el CD. Si no haces conciertos y no conectas con el público, mal vamos.

R: La música es una forma de trasmitir sentimientos y, si no lo consigues, pierdes.

concierto
G-Röck en la sala Trinchera (Málaga). De izquierda a derecha, Adri Mayorga, Antonio Muriel, Rafa Muriana, Javi Rubio (batería) y Pablo Terol.

¿Qué anécdotas de vuestros conciertos nos podéis contar para saber a qué atenernos?

R: El mes pasado tocamos en la Velvet y acabé en calzoncillos. Entonces, uno del público me dijo «no tienes huevos de sacarte la polla» y al segundo me la saqué.

Pero lo que la gente se va a encontrar son tíos berreando. Yo siempre bajo del escenario cuando veo a todo el mundo haciendo pogo. Hay una barrera entre el escenario y el público. Yo esa barrera la quito y digo «somos nosotros y estamos disfrutando del rock ‘n roll». Nosotros hacemos la música y vosotros sois quienes nos seguís. Sin vosotros, yo no llego a ningún lado.

Quienes somos de Antequera, y todos los componentes del grupo lo sois, estamos habituados a la frase «Antequera es un hoyo», por una supuesta carencia de oferta cultural en todos los ámbitos. ¿Estáis de acuerdo?

J: Eso es totalmente falso. El hoyo no es Antequera, sino su gente. Al decir eso, se entierra a sí misma. Una ciudad no es más que la gente que mueve las cosas de la ciudad. Si en Antequera lo poco que hay no lo apoyas, evidentemente estás convirtiendo tu ciudad en un hoyo. Poco a poco va cambiando y se trabaja mejor el tema de los espectáculos. Cada vez tiene más producción y se hace más profesional.

R: Es una misión de los grupos que estamos allí. Apoyarnos unos a otros y conseguir una escena local firme.

J: A nosotros nos encanta tocar en Antequera y cada evento que hacemos allí intentamos que sea una fiesta para todo el mundo.

R: El concierto no dura una hora y media, sino la noche entera que nos pegamos. El concierto es el rock ‘n roll y el rock n’ roll es todo el día si vives de ello.

J: Hemos conseguido que la gente que viene a un concierto nuestro aparezca borracha [risas] y después no se va para su casa, sino que se queda para partirse el lomo.

R: Eso es muy importante. Que tu vayas a ver a un grupo y no digas «voy a verlo porque me gusta», sino «voy a verlo porque voy a disfrutar. De hecho, me la pela el grupo. Voy a disfrutar». Hay mucha gente que a lo mejor no te ha visto en su vida, pero te dice que no le gusta el grupo pero que ha disfrutado de la noche. Entonces ya me siento recompensado.

Javi Rubio

Sois muy conocidos en los pequeños pueblos que rodean Antequera, donde dais conciertos a menudo. ¿Por qué en estos pueblos sí que se observa un mayor ambiente de festivales y conciertos a pesar de tener menos habitantes?

J: Porque la gente de los pueblos le tiene cariño a esos eventos. Forma parte del pueblo. En Antequera hay algunos como el Blues Festival y el Nájera Jazz, a los que la gente les tiene cariño y asiste en cuanto llega la fecha, pero se podrían hacer muchas más cosas. Pero es verdad que en pueblos como Villanueva de la Concepción está el Palmito Rock y en Villanueva del Rosario, el Indio Rock. Antes en Antequera estaba el Módulo Lunar, el Mapa Rock y cosas de antes de que yo naciera.

R: A mí me encantaría que el Mapa Rock volviera. Que se dijera «sobre el 9 de agosto -que es el Día de la Juventud-, hay un concierto en el Mapa». ¿Tú crees que aquello no funcionaría? Por ejemplo, cuando se hizo aquel concierto con O’fun’killo, se puede decir que no funcionó porque no fue toda la gente que queríamos, pero es normal; era el primer año. Al segundo o tercer año pasaría como con el Camorock. En tal fecha de junio se celebra el Camorock en Alameda y ya por esas fechas está todo el mundo hablándolo.

J: Ha habido eventos bastante buenos, como el Mollete Rock, donde colaboramos y tuvimos el Cine Torcal lleno y la gente disfrutaba o como cuando tocó O´funk´illo y estaba todo dios dando botes en la plaza de toros. Hay eventos que funcionan muy bien y otros no tanto, pero hay que seguir reinventando y encontrar la fórmula para que Antequera tenga una cultura musical estable independientemente del partido que esté gobernando.

Actualmente, buena parte del grupo vivís en Málaga y estáis dando bastantes conciertos. Hace unos meses, Jesús de la Torre nos contó en una entrevista que Málaga le parecía una ciudad donde era más difícil empezar como artista. ¿Estáis de acuerdo?

J: Nada es fácil. Tú te curras lo tuyo y luego entrarás o no entrarás.

¿Pero encontráis muchas trabas a pesar de currároslo?

R: Depende del tipo de música. En Granada, se lleva mucho el rollo de cantautor y en Málaga está pegando ahora más el reggae por el tema del sol y la playa. Si te vas a Barcelona o Bilbao, será el rock ‘n roll. Nosotros tenemos la suerte de haber nacido en un sitio donde no se potencia tanto el rock y ha sido más duro, pero no tengo duda de que nos vamos a ir a Barcelona y lo que hayamos aprendido aquí va a ser allí mucho más fácil. Aquí la escena es un poco difícil a nivel de rock n’ roll porque la gente va por otro rollo.

Decidles al público que quiera veros dónde vais a estar dando conciertos próximamente.

R: El día 28 de noviembre participamos en un festival en Fuengirola. Ahora estamos descansando después de un verano duro. De hecho, creo que el verano, a la hora de los festivales, es la época en que puedes ver si has hecho un buen año. Por ejemplo, el año pasado apenas hicimos nada en verano, mientras que este año no hemos parado. En invierno siempre es más difícil. Tienes que tocar dentro de los bares…

J: Cada año damos más conciertos, lo cual es una buena señal. Este año llevamos unos 25, el pasado 17, el anterior 14, etc. Podéis seguirnos en Facebook y en el apartado «Fechas», podéis ver los próximos conciertos.

Por último, ¿qué proyectos futuros tenéis en mente?

J: Ahora mismo estamos ideando un nuevo videoclip. Seguimos con la producción de Zippo y gasolina.

R: De hecho, tenemos la suerte de que llega un punto en que no podemos ensayar porque estamos tocando y el propio ensayo se convierte en un concierto. Eso es lo mejor que le puede ocurrir a un grupo.

J: De cara al 2016, nuestro objetivo es no parar de tocar.

*Todas las imágenes son cortesía de Alba Merchán.

Los lunes y Pis Pás: «Queremos que la gente termine los lunes con un buen sabor de boca»

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Con doce programas a sus espaldas, los chicos de Los Lunes y Pis Pás vienen pisando fuerte. El pasado cinco de octubre, dio comienzo su segunda temporada cargada con nuevas secciones y entrevistas exclusivas. Pero os estaréis preguntando: ¿Qué es Los Lunes y Pis Pás? Se trata nada más y nada menos que de un programa de radio cultural con poco menos de un año. Comenzó su emisión el uno de diciembre del 2014, haciendo una impresionante presentación que no dejó a nadie indiferente.

Los componentes de la plantilla —Mery Espinosa y María Merino como presentadoras, Gonzalo Maldonado como El Experto y Jose Martín como técnico de sonido— han puesto todo su empeño en hacer de este espacio lo que es hoy en día: un éxito que va ganando terreno poco a poco. Su temática se había centrado en ofrecer información sobre grupos musicales emergentes de nuestro país, tanto conocidos como desconocidos, así como entrevistas a algunos de ellos y una mezcla de información cultural variada. Para esta temporada tienen como objetivo centrar su atención y ofrecer una visión algo más seria del panorama cultural nacional.

El gran uso que han hecho de las redes sociales ha sido, en gran parte, una de las claves de su rápida difusión en pocos meses. Gracias a ellas consiguieron crear una comunidad que, con el tiempo, va creciendo junto con el proyecto. Cada lunes se crea un hashtag nuevo con el objetivo de que la audiencia escriba sobre la temática del siguiente programa para, en directo, mencionar y poner en común los tweets y comentarios de esa semana, consiguiendo que la participación sea muy diversa y variada. Una de las secciones que más destacó el año pasado, gracias al uso tanto de Twitter como de Facebook, ha sido la que rige Gonzalo, El Experto. Con el nombre de Pregúntale al Experto, la sección se centra en la formulación de preguntas de cualquier índole, por parte de los usuarios y dirigidas a Gonzalo. Este las contesta en directo y sin ningún tipo de preparación previa, algo único y que merece la pena escuchar y disfrutar.

Los Lunes y Pis Pás tiene como lema principal «conseguir que terminemos los lunes con un mejor sabor de boca». Puedes escucharlos a partir de las 20.00 en el 107.3FM o en la página web de Onda Color. A pesar de ser en directo, el programa es grabado para poder escucharlo en diferido a través de la plataforma Ivoox.com o en sus redes sociales: tanto en Twitter (@PisPasRadio) como en Facebook (Los lunes y Pis pás). Una de las novedades de esta temporada consiste en la grabación de parte de los programas para ser posteriormente publicados en su canal de YouTube, Los Lunes y Pis Pás.

Hemos tenido la suerte de poder realizar una pequeña entrevista a los miembros del programa para que nos cuenten un poco más sobre la estructura interna del mismo. Es por ello que hemos de darles las gracias a todos por permitirnos adentrarnos en su proyecto y acogernos con el cariño que lo hicieron. Les deseamos toda la suerte del mundo, aunque sabemos que no la necesitarán, ya que poseen un enorme talento.

¿Cómo surgió la idea de realizar este proyecto conjunto?
La idea la comenzaron María y Mery cuando, un día, paseando por la Facultad de Periodismo de la UMA, vieron un stand de Onda Color en el que ofrecían cursos en esta radio (situada en Palma Palmilla). Se acercaron a preguntar y, en la conversación, les comentaron que cabía la posibilidad de poder disponer de un programa en la emisora, así que se dirigieron allí para informarse y poco a poco el proyecto fue creciendo. Fichamos a Jose como nuestro técnico y a los pocos programas se unió Gonzalo como El Experto.

¿Cómo preparáis los programas?
Las presentadoras organizamos nuestras secciones en conjunto, ya que vamos juntas a clase y siempre encontramos alguna hora libre para poder hacerlo, si no es en persona, usando las redes sociales o mensajería instantánea; Gonzalo se prepara parte de su sección —a excepción de las preguntas—, y Jose simplemente hace el trabajo por su cuenta y cuando está todo nos dice «¡Chás! ¡Ya está!» y nosotros vamos y lo miramos.

Soléis hacer entrevistas a grupos musicales. ¿Son ellos los que se ponen en contacto con vosotros o se trata justo de lo contrario?
Depende de la ocasión. Hay veces que solemos buscar en nuestra agenda y hablamos con ellos o, incluso, con salas de ensayo, para ver la otra cara de la música aquí en Málaga. Otras veces son los propios grupos los que se ponen en contacto con nosotros.

¿Y cómo pueden contactar con vosotros?
A través de nuestras redes sociales. Todo el que quiera ponerse en contacto con nosotros debe hacerlo por esa vía, ya que estamos siempre conectados y la respuesta es casi inmediata.

 

Jose, tu eres aquí El gran olvidado. Cuéntanos, ¿cuál es exactamente tu trabajo en este proyecto?
Jose Martín ─ Yo soy el técnico de sonido, me encargo de coger la música que hay que poner en el programa, las llamadas de teléfono, el control de los micrófonos… En general todo lo que tenga que ver con el sonido. Además, ahora que empezamos con los vídeos, también me encargo de editar y grabarlos para subirlos posteriormente a YouTube.

Es decir, que lo haces todo y nadie lo sabe.
J. ─ Jajaja, algo así. Al menos en el ámbito técnico.

Ahora es el turno de El Experto. ¿Sigue la gente sin creer que tú contestas las preguntas sin haberlas preparado?
Gonzalo Maldonado ─ Hay gente que cree que es increíble que conteste las preguntas sin saberlo, pero es así. Yo creo que tengo una conexión ahí que de vez en cuando falla y sí, las contesto al momento. Yo me preparo todo lo demás de mi sección a excepción de las preguntas, eso lo saben las presentadoras y nunca me dejan verlas hasta el momento de contestarlas. Hay días en los que las tienen puestas en el ordenador cuando llego a la emisora y se van a otro lugar con él para que no las vea. Es algo bastante curioso, la verdad.

Bueno, ya lleváis casi un año con este proyecto. ¿Notáis que la gente os conoce más que al principio?
Lo cierto es que la gente que suele contactarnos son conocidos, pero muchas veces nos ha pasado que hemos tenido comentarios de gente, de fuera de Málaga incluso, que nos ha dicho que el programa les encanta y que nunca se lo pierden. Eso nos hace sentir genial porque te das cuenta de que lo que haces realmente sirve de algo y hay gente a la que le gusta. Es muy satisfactorio.

Para terminar, contadnos, ¿por qué debería la gente sintonizar Los Lunes y Pis Pás a partir de ahora?
Los Lunes y Pis Pás deberían escucharlo los amantes de la buena música, los amantes de la diversión, los amantes de la cultura y de la vida en general. Los lunes siempre son unos días muy bajillos, y creamos este proyecto para alegrar un poco estos días. Queremos que la gente termine con un buen sabor de boca la jornada laboral que comienza tras el fin de semana y que tan poco nos gusta a todos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_raw_html]

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Créditos

Textos e imágenes: @paquibel
Edición: @jamoreno[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Jesús de la Torre: «A la hora de desarrollarme como músico, no he andado con prejuicios»

Cuando conocí a Jesús de la Torre (1992), hará unos 6 o 7 años, ya lucía una larga melena y llevaba a cuestas una guitarra de la que no se ha separado desde entonces. Durante todo este tiempo ha podido cultivar diversos estilos y registros de voz. Vivió en Antequera hasta los 18 años y estudió Filosofía en Málaga. Actualmente reside en Granada, una ciudad que le está permitiendo impulsar su carrera musical.

Subí a la casa cueva del Albaycín, donde Jesús vive este año, a un par de horas de que empezase del concierto que dio en el Hard Rock Bar. Tuve la oportunidad de hablar con él y de ayudar con el transporte de instrumentos a la banda que lo acompañaba esa noche. Espero que esta entrevista os anime a conocer mejor al músico y a la persona.

Si hablamos de Jesús de la Torre, hay dos cosas que inmediatamente recuerdan los que te conocen: las melenas y la guitarra. ¿Desde cuándo te acompañan estos elementos característicos tuyos?

Las melenas fueron antes que la guitarra y eso es como la gallina y el huevo (risas). Realmente uno empieza a querer tocar música justo después de interesarse por una estética concreta porque lo primero que tú quieres cuando empiezas a tocar música obviamente no es tocar directamente, ya que para eso hacen falta muchos años de experiencia. Más bien, de lo que tienes ganas es de imitar a tus ídolos. Es mi caso y creo que es el de la mayoría de los adolescentes que empiezan a tocar la guitarra o cualquier otro instrumento. Cuando nos referimos al rock and roll, al heavy metal, que era la música que yo escuchaba cuando tenía 12 o 13 años, lo más característico era ser guitarrista y tú querías parecerte a los Kiss, a Deep Purple, a Led Zepellin, a todos tus héroes.

Con las melenas llevo desde los 13 y con la guitarra desde los 13 o 14 años más o menos. Aunque últimamente me doy cuenta de que no recuerdo mucho de aquella época. Eso significa que a lo mejor me estoy haciendo mayor, pero tengo un bonito recuerdo de cuando empecé a tocar la guitarra. De las melenas no tanto, porque tienen el problema este de que se te ponen en las orejas y no te dejan hacer una puta mierda (risas).

Ambos nacimos y crecimos en Antequera, y estamos habituados a escuchar la famosa coletilla de «Antequera es un hoyo». ¿Crees que Antequera es un territorio hostil para los músicos?

Realmente eso habría que matizarlo mucho. Yo creo que hay muchísima gente que ama la música en Antequera y que además comparte una variedad de estilos increíble. Hay muchísimos músicos que se han educado en estilos completamente distintos, que han ido avanzando a través de los años y que siguen intentando luchar por hacerse un hueco; lo que pasa es que eso de hacerse un hueco suena a una especie de competitividad y creo que en Antequera no hay suficiente cantidad ni de grupos ni de músicos como para que exista una competición sana. Me refiero a que existan espacios que apuesten por generar «empleos para músicos», porque el número que hay no pienso que sea suficiente para crear una escena local muy fuerte. Pero esto no es porque no haya músicos que hayan nacido allí ni porque si todos los músicos que han nacido en Antequera se quedaran en Antequera, no habría una escena musical, sino porque emigran: van a la universidad, o se van a otro país a trabajar o simplemente viven en otras partes del país o de Europa.

En cuanto a la referencia al «hoyo» de Antequera ─esa referencia que se hace siempre─ también presenta un prejuicio. Hace poco estaba hablando con Agustín, el dueño de Lebistrot, que es el mejor bar de Antequera con diferencia. Él me decía que estaba muy en desacuerdo con este tema del hoyo de Antequera porque decía que en Antequera no es que no se puedan hacer cosas, sino que la gente no usa su creatividad para generar nuevas maneras de expresarse como por ejemplo a través de la música, o simplemente para hacer actividades lúdicas de carácter cultural. Lo que ocurre es que la juventud que se queda allí tampoco se mueve tanto. Al menos, esa es la percepción que yo tengo, aunque también te digo que ya no vivo en Antequera y llevo mucho tiempo sin vivir allí. De todas maneras creo que eso es matizable. No creo que sea un territorio hostil hacia los músicos, pero creo que en cierta medida puede llegar a ser elitista porque el problema es que cuando estás empezando no se te dan demasiadas oportunidades. Ahora se ha abierto una Escuela de Música, así que espero que se fomente un montón el tema de la enseñanza musical. Pero, a no ser que estés en el conservatorio o lleves ya un tiempo tocando, sepas manejarte y conozcas a la gente, no tienes muchas oportunidades. Pero si llevas un tiempo, sí que te pueden salir cosas. De hecho, a lo largo del año se realizan muchos eventos. Lo que pasa es que luego la gente no va, que es lo peor.

En tus canciones vemos una amplia variedad de estilos. Desde temas que tienen una clara influencia punky hasta otros que recogen los ecos del blues y el rock psicodélico. ¿Quiénes han sido tus principales referencias?

A la hora de desarrollarme como músico, no he andado con prejuicios. He escuchado lo que me gustaba y lo que se escuchaba más en mi entorno cercano, como el heavy metal, el rock and roll, que son músicas fácilmente audibles y que, además, tienen mucha profundidad. Tienen muchísimos subgéneros dentro, de ahí que me interesase mucho por el heavy metal, porque podemos encontrar ecos de la música clásica, fusiones como el jazz o el funk, y en el metal yo siempre admiré esa capacidad. Ahora bien, nunca me cerré a ningún estilo y, de hecho, con los años cada vez me gustan más estilos de música que no son aquellos con los que he crecido como pueden ser el jazz, que me interesa muchísimo, o el blues, obviamente. Pero es que, en última instancia, todos los géneros de música contemporáneos tienen esas raíces. O sea, que solo te tienes que remontar a ciertos iconos que han ido influenciando con el paso del tiempo a todos los músicos que han llegado a ser símbolos como Hendrix, a través del blues.

El llegar a la universidad fue un cambio muy importante en mi manera de tocar porque empecé a interesarme más por la guitarra acústica y encontré a muchos artistas que tanto en solitario como en bandas podían desarrollar una variedad de géneros increible, como puede ser John Frusciante, el guitarrista de los Red Hot Chilli Peppers, que tiene una discografía enorme y, además, variadísima. Es increíble. Hace desde música electrónica hasta discos que tienen un eco casi de metal pesado en las voces: con muchos gritos, muy punky también. También mencionaría a Black Sabbath, por supuesto, porque es para mí uno de los pilares fundamentales a la hora de tocar la guitarra, sobre todo en lo que se refiere al rock o a estilos más relacionados con los solos, con el blues. En última instancia, los primeros discos de Black Sabbath son blues.

También te hablaría obviamente de Opeth con el progresivo, pero no solo a ellos, sino a todos los músicos que les han influenciado, como Pink Floyd, Camel, podemos hablar de Yes, podemos hablar de King Crimson, por ejemplo. Me han influenciado no tanto en un sentido técnico, sino en esta sensación de apertura hacia todos los géneros y posibilidades, ya no solo en lo músical en sentido estricto, también en un sentido estético, como el tema de la psicodelia, por ejemplo. Ahí encontramos un montón de simbologías que se entrelazan, un montón de ideologías que se ven mezcladas con las que ya existían, tenemos una sociedad occidental que empieza a tomar ciertos valores e iconos de Oriente y empieza a crear unos propios a través de esa fusión. Es algo que estimo mucho porque te da absoluta libertad, y eso es el germen de la psicodelia; el rock progresivo, más todavía, porque en un principio se le llamaba art rock, y no era ni progresivo; esa es una definición bastante nueva realmente, que tiene mucho más que ver con el metal, por ejemplo.

Una de las cosas que el público encuentra más llamativa en tu música es el amplio abanico de registros que logras con tu voz ¿Has ido a clases de canto alguna vez?

No. Aprendí simplemente cantando. No tiene otra. Lo que siempre he hecho ha sido intentar cantar sobre las bases de los discos que más me gustaban y me aprendía las letras ─de ahí que a lo mejor me guste más componer en inglés. Casi nunca compongo canciones en español, aunque ahora estoy tratando de cambiar eso porque tiene otra expresividad y tienes más herramientas como nativo. A la hora de cantar, tengo recuerdos de cantar mucho a Guns ‘n roses, de ahí que a lo mejor consiga hacer agudos y, últimamente, me gusta también las canciones de cantautor, por ejemplo, Jackson C. Frank, que tiene un registro muy grave. Así que practicando al final llega un momento en que consigues encontrar tu posición de comodidad en un registro concreto. Depende también de las herramientas con las que has nacido, porque es un instrumento que tú puedes mejorar, pero no puedes cambiar de base… El tabaco también creo que tiene que ver con el tema de la voz grave (risas).

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Jesús de la Torre y Antonio Campos en el concierto del pasado mes de abril.

Has pasado numerosos años en un conservatorio. ¿Cuáles son las diferencias entre hacer música en un conservatorio y aprender por tu cuenta? Conociendo músicos, tocando en directo, etc.

Respecto a lo del conservatorio tengo que hacer una matización. La verdad es que apenas estuve en el conservatorio, lo que pasa es que tuve un profesor muy bueno de guitarra que me enseñó muchísimas cosas. Casi toda mi técnica la tengo gracias a él. Con él sí estuve varios años, de ahí que tenga una formación más disciplinada, pero en el conservatorio realmente solo asistí a clase durante un año y un mes o así, porque, cuando tenía 16 años, me presenté a una prueba de acceso del Grado Elemental al Grado Medio, que ahora se llama Profesional. Nunca había tocado guitarra clásica y me la preparé por mi cuenta con el profesor que he mencionado antes. Entré directamente al primer curso del Grado Profesional, pero yo apenas tengo idea de lenguaje musical en un sentido estricto. Sé cosas de armonía. Obviamente puedo hablar de acordes, de un cifrado americano, que es el propio del jazz, por ejemplo, pero no podríamos decir que tengo una formación teórica en música demasiado buena.

En cuanto a las diferencias entre ambos aprendizajes, en el conservatorio lo que ocurre es que ya se te va guiando a través de unas formas de expresión muy concretas. Cuando estás en el conservatorio, sobre todo durante los primeros años, no tienes un margen de libertad muy amplio, sino que más bien te tienes que restringir a la interpretación de una obra que ha sido creada por otro autor y, claro, eso te permite pulir la técnica y tener recursos expresivos muy variados. Pero la creatividad no se explota hasta que llegas a alguna optativa de improvisación, aunque, según tengo entendido ─y tengo muchos amigos en el conservatorio─ no es una opción muy buena de cara a desarrollar tu creatividad. El conservatorio más bien te dirige por la vía de la interpretación. Luego te puedes meter en composición, pero hasta que no pasan muchos años realmente no tienes ese margen de libertad que te podría dar lo que he hecho yo, por ejemplo, que es tocar por mi cuenta, juntarme con todo tipo de músicos, aprender técnicas, aprender de música clásica o contemporánea, pero siempre a mi manera porque nunca se me ha dado bien hacer lo que hacen otros.

Estudiaste Filosofía en Málaga y ahora estudias un máster en Granada. ¿Cómo ves la escena musical en Granada y qué grandes diferencias ves con Málaga?

Son radicalmente distintas. Realmente yo no estaba muy sumergido dentro de lo que era la movida musical en Málaga, pero sí que te puedo decir que es mucho más dispersa. Es cierto que hay conexión entre los grupos y se organizan muchos eventos. Hay una gran oferta cultural, pero, en última instancia, está muy diseminada. Málaga es muy grande. Digamos que para hacerte una reputación y dar muchos conciertos en Málaga, tienes que esforzarte muchísimo.

Aquí en Granada el nivel tal vez es más bajo en general, pero hay muchísimas posibilidades y además todo te pilla a tiro de piedra, con lo cual el público tiene más interés por asistir a conciertos y hay una variedad de estilos muchísimo mayor. En Málaga, digamos, se seccionan más los estilos, y si hay festivales de jazz, tienen un público muy concreto. Lo mismo ocurre con el reggae y el heavy metal, así que veo que se restringen mucho las posibilidades, a no ser que lleves muchos años viviendo en esa ciudad y conozcas a mucha gente, puedas moverte por muchos bares y te hayas hecho un nombre de alguna manera. De todas formas, yo creo que en Granada es mucho más fácil empezar como artista, sobre todo cuando no tienes un nivel profesional.

Vives en una casa cueva del Albaycín, el antiguo barrio moro de Granada. ¿Cómo le influye a un músico vivir en esta zona de la ciudad tan particular?

Es increíble. Mi vecino, Manuel, tiene casi 80 años, lleva aquí viviendo toda su vida y él tiene un sí rotundo al respecto: el mejor barrio de España con diferencia. En cuanto al tema cultural, es genial porque aquí se respira un ambiente de libertad y, además, hay mucha solidaridad entre los vecinos; la gente tiende a conocerse rápido, hay muchísima variedad de culturas, por lo tanto, es un clima muy agradable para expresarte. Aquí no tienes muchas trabas como las que puedes tener en una ciudad. Es un clima de pueblo pero dentro de una ciudad. Solo puedo decir que hay que experimentarlo. No es algo que te puedan contar; no te puedes quedar con una imagen y con el prejuicio de decir: «Vale, es un barrio bonito, hay cultura y arte». No, no solo es eso. Es un estilo de vida.

El presente perpetuo…

Eso es.

¿Has podido conocer a otros músicos en Granada?

Sí, muchísimos. Cada semana puedo conocer a un músico nuevo y, además, todos suelen estar interesados en hacer cosas. Cuando no tienen un grupo montado, están en otros proyectos, asisten a jam sessions… No tienes más que asistir a cualquier sitio donde suela haber música en la calle como aquí en el Albaycín. Solo tienes que moverte un poco por los bares, asistir a conciertos. Artistas hay por todas partes. Y dentro de los artistas, los músicos son una buena parte, al margen de los artistas plásticos, los diseñadores gráficos, etc.

¿Algún nombre concreto?

Por ejemplo, en el tema de los cantautores está Fede Comín. La verdad es que considero que tiene una música excelente. Es un tipo además que es buena persona. Un tipo genial. Si tuviera que hablar de otros grupos más concretos, no sabría decirte. He visto muchísimos. También he estado metido en la movida del reggae, por ejemplo, en la Booga, donde hay músicos muy interesantes. Siempre hacen sesiones, tienen como 15 grupos y uno de cada estilo distinto, así todos están siempre influyéndose, cambiando y participando en diversos grupos. En Granada no tengo ningún grupo de referencia porque me temo que la forma de fusión que yo hago no es tan típica aquí. Estoy seguro de que existe pero no lo he conocido todavía.

Te haces llamar Blueman and the masked people. ¿Quiénes son esas personas enmascaradas?

Tiene su historia como todo. De alguna manera, hago referencia a que, al fin y al cabo, el proceso creativo de un compositor solitario como yo, que hago mis temas y muchas veces los toco con otras personas que le aportan ideas, no se trata de una creación individual, sino que está influenciada por otras personas, tanto los músicos que me han precedido y que me han influenciado directa o indirectamente y que no conozco, como la gente de la que me rodeo. A menudo en los conciertos llamo a gente al escenario, intento que mi entorno participe en las cosas que hago. También creo que no se le otorga especial importancia a la gente que se dedica a promocionarte, a hacerte carteles, a montarte vídeos… Ahí está el problema del ego de los cantautores. Nada más aparece un nombre, pero en realidad hay todo un proceso. La gente enmascarada no es solo tu público, son muchísimas cosas más. Son todos los que participan en tu entorno más cercano.

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Jesús suele acompañarse de otros músicos en sus conciertos. En la foto, de izquierda a derecha: Jesús, Antonio Campos, Coco y Mar Margarit.

¿Tienes algún proyecto en mente este año?

Yo creo que ahora estoy en el momento de grabar una buena maqueta para empezar a conseguir más conciertos y para empezar a promocionarme mejor, una maqueta bien grabada. Con mucha variedad de estilos, por lo menos 7 o 10 temas. Tengo por lo menos 25 canciones en total, pero solo me quedaría a lo mejor con 15 como mucho. En última instancia, tengo que hacer un recorte de las cosas que yo quiero enseñarle al público y tengo muchos proyectos en mente, como grabaciones audiovisuales a través de YouTube, que es algo que siempre llama la atención.

Vivimos en una época audiovisual…

Vivimos en una época en la que la imagen tiene una importancia que no había tenido antes. Básicamente es el pilar sobre el que se erige tu carrera profesional muchas veces, el videoclip. Al fin y al cabo, yo también veo que es un buen recurso porque a mí me encanta ver la técnica que tienen los que están tocando, cómo se relacionan entre ellos, etc. Y, bueno, seguir haciendo conciertos en Granada. Pretendo moverme mucho más e ir consiguiendo hacerme un espacio.

*Todas las fotos son cortesía de Alba Merchán.

Hablemos de amor

Miembros de la redacción hemos querido hablar del amor en relación con obras de artes, literatura, películas o música con motivo de San Valentín. Desde  la locura al amor ciego. Hablemos.

Galatea de las esferas, Salvador DalíJosé Antonio Moreno, coordinador de Akrox.

Hace años que me volví loco, eso lo tengo claro, me llevó a la locura… Como poeta no he podido sentir mayor atracción por Galathea y no me he enamorado de ninguna estatua a diferencia de Pigmalión, pero sí estoy enamorado de la locura. Es por eso que «Galatea de las esferas» de Salvador Dalí es más que representativa de mi punto de vista.  Es una locura, pero al principio solo veía un montón de planetas y satélites orbitando, luego pude ver esa musa que volvió loco a Pigmalión.

* * *

Eco y Narciso, John William Waterhouse Eugenio Morales Castillo, colaborador y Community Manager de Akrox.

eco_narcisoAl igual que Narciso se enamoró en tal grado de sí mismo que no podía apartar la vista de su propio reflejo, obviando el amor de la ninfa Eco, nosotros nos obcecamos en un único amor, lo que nos ciega: nos impide ver quién nos ama realmente, nos impide mirar más allá de lo que amamos, nos cierra las puertas a otros amores, nos ciega por completo, y nos arrastra  hacia un único amor. ¡Dichosos aquellos para los que ese amor es correspondido! Pero, los otros, ¡en funesta nave se han embarcado! Que Eros no os cierre los ojos, no vaya a ser que acabéis, como Narciso, ahogados y, una vez muertos, privados de la capacidad de amar.

* * *

Adán y Eva, Jaime SabinesSara Solá Portillo, correctora.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que solo yo sé que tuve.

* * *

Las inquietudes del joven Werther, Johann Wolfgang Goethe M.E.F.P., redactor

Si cada uno de nosotros es un cosmos, el amor es un choque de galaxias. Así percibo yo su tremendo poder.

Basándome en esta premisa, para mí el aspecto del amor que más me ha impresionado es el no correspondido. Me resulta asombrosa la manera en la que podemos sufrir por amar a alguien que no nos ama.

Por ello considero esta obra de Goethe como la mejor expresión creada del poder del amor. La desgracia de sentir tan terrible necesidad e impulso que nos hace sufrir a nosotros y a los mismos que amamos. Algo tan subjetivo y tan poco práctico se impone a toda sensatez, y al mismo tiempo parece lo más sensato.

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Wish You Were Here, Pink FloydGermán Ortiz Sanguino, redactor

Esta canción ha emocionado a hombres hechos y derechos de todo el mundo y de todas las edades desde que se compuso. Camioneros, trabajadores de la siderurgia, levantadores de halterofilia, y por supuesto a Spielberg… pero él no cuenta, ese tio se emociona con cualquier cosilla. Y es curioso, pues esta canción no estaba ideada para enamorar a ninguna damisela. Es un réquiem en vida. Syd Barrett fue uno de los fundadores de Pink Floyd, pero sufría de graves problemas mentales. La banda le dedicó esta canción; pues echaban de menos como él era antes de sus trastornos.

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Demasiado humanos ─  Pepi Infantes, editora

Cerró sus ojos ante la postrera sombra aquel Quevedo cuyas cenizas tenían sentido;  la Dido de Virgilio precipitó el puñal hacia su pecho;  el desconsolado Apolo regó con lágrimas los pies de aquella Dafne que, en Garcilaso, en torcidas raíces se volvían. Y toda la alcoba sufrió el deseo lorquiano de un Amnón perturbado por su hermana.

No podría elegir un poema o un relato, ni siquiera un ínfimo fragmento. Para mí no hay más  amor o desamor que la pasión misma, algo que se deriva de quienes alguna vez, como en Góngora, se sintieron un ángel fieramente humano.

* * *

Los amantes II, René Magritte Belén Extremera, correctora

Nadie sabe –o quiere saber– lo que significa el amor, hacerlo supondría dejarse “liar al cuello” la venda de ciegos. Viejo tópico el del amor de ciegos. Pero a lo que me refiero es a la negación, como esos que se encierran en el velo tupido y ya no son ella ni él, sino ellos, los amantes.  Obsesionado con la (falsa) realidad, Magritte aísla a estos amantes del mundo y de sí mismos –cada uno se oculta en su propio velo, en su propia idea–. Nada tentador así el amor.

* * *

¡Olvídate de mí!, Michel GondryGuillermo Ruiz, colaborador

Sin duda, el amor siempre ha sido uno de los mayores alicientes en el mundo cinematográfico: retratado infinidad de veces y de numerosas maneras. Entonces, ¿por qué ¡Olvídate de mí!? Imagina que un día descubres que tu pareja ha decidido borrarte de su mente. Bajo esta interesante premisa se nos presenta la fábula romántica entre Joel y Clementine. El amor, como la memoria, es cambiante, subjetivo y tremendamente destructivo. Esta película refleja la cara más dura y melancólica del amor desde una visión esperanzadora e inspiradora. Puede que el amor no sea perfecto, pero quizás sea buena idea disfrutar de lo que nos ofrece.

* * *

Romeo y Julieta, William Shakespeare Nereida Sologuren, coordinadora de redes sociales y corrección

Aunque sea la obra típica de la que se habla en estas fechas, Romeo y Julieta tiene muchos más matices de los que aparenta. ¿Creemos que el amor entre los protagonistas es idílico, maravilloso e incomparable? Es todo menos eso. Un amor idílico, sí, porque permanece en los sueños futuros de ambos personajes; un amor maravilloso, sí, pero fugaz a la vez; un amor incomparable, pues la intensidad con la que lo vivieron fue demasiada. Un amor que nos hace ver que no todo tiene que ser color de rosa, o que las demostraciones de amor no tienen que ser exageradas. Un amor que nos hace darnos cuenta de que lo mejor en una relación son los nimios detalles, las respuestas inesperadas, los momentos de silencio y, sobre todo, los instantes junto a la persona amada.

* * *

Lover, You Should’ve Come Over, Jeff Buckley Carmen Fortes, coordinadora de redacción y editora    

Un canto a la desesperación solipsista que emana de la combustión original, aquella en la que la conceptualización del ser amado se convierte en una fuerza destructora por su poder de idealización. Ay, el primer amor.

Así, Jeff es consciente del error inexorable, necesario («maybe I’m too young to keep good love from going wrong») pero no se va, no puede. Su parálisis es tan peligrosa como la de Aleixandre en El último adiós: atado a una silla, a oscuras, y con la puerta abierta, por si la amante decide volver.

Al otro lado del precipicio, seguramente, haya un espejo reflejando la misma escena en la habitación de la amante. Sin embargo, esto no es un asunto de dos; no el desamor, no el primero.

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Somebody to Love, Jefferson Airplane  ─  Daniel Soler, editor

Don’t you need somebody to love? Siempre he concebido el amor como un espíritu esencialmente neutro, bailando hasta el infinito entre los cielos del amor correspondido y el infierno del despecho y el desengaño. Amor y odio van siempre de la mano. Lo contrario de estos dos sentimientos es la indiferencia. Lo cierto es que los años 60 nos trajeron los festivales del amor, los cuerpos desnudos y el regreso a los impulsos de comunión, pero también nos mostraron las imágenes del napalm lloviendo sobre civiles vietnamitas.

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Lector ¿Qué es el amor?

Queremos escucharte, escríbenos en los comentarios y… hablemos.

75 canciones para reivindicar el noble arte del videoclip (I)

Los videoclips han sido siempre los grandes olvidados del arte cinematográfico. Incluso sus primos, los cortometrajes, han tenido mayor protagonismo que estos. Para el gran público no es raro encontrarse el caso de haber escuchado cientos de veces una canción y no haberse detenido nunca en ver su videoclip correspondiente. El gran invento de mezclar imágenes con música no terminaba de encontrar su público. Pero todo cambió cuando llegó internet y llegó Youtube. Gracias a Youtube esta tendencia prácticamente ha desaparecido hoy en día; el videoclip vuelve a tener su edad de oro, que no vivía desde los mejores tiempos de la MTV.

Grandes directores de cine han emergido desde este mundo, tales como Spike Jonze (del que ya hablamos anteriormente en Diseccionando Her), Michel Gondry, Marc Webb, Antoine Fuqua, David Slade, David Fincher o Jonathan Daylor y Valerie Faris. Los propios cineastas desde siempre han valorado mucho el arte del videoclip, ya que les ha valido como herramienta para experimentar y probar cosas nuevas. La lista de grandes directores que han coqueteado con los videoclips es interminable: Martin Scorsese, John Landis, Brian DePalma, Wong Kar-Wai, Jim Jarmusch, Michael Bay, David Lynch, Sofia Coppola, Spike Lee, Tim Burton, Gus Van Sant, Jonathan Demme, Alejandro Amenábar, Juan Antonio Bayona, Nacho Vigalondo,Tony Kaye, Kathryn Bigelow, Gaspar Noé… y más, muchos más. A algunos de estos directores los veremos en esta lista… y a otros no; ya que según mi criterio personal sus trabajos no han sido lo suficientemente buenos o sorprendentes para entrar en esta exclusiva lista. Y sin más dilación, comencemos.

Michael Jackson – Thriller

Thriller no es el primer videoclip de la historia, pero sí es probablemente el primero que a partir de una canción quiere desarrollar una historia compleja y ambiciosa.

En 1983 Jackson contactó con el director John Landis, director de películas como The Blues Brothers y Un hombre lobo americano en Londres, para que se encargara de este mastodóntico proyecto. El impedimento estaba en la productora de Jackson, Sony Music, que se negaba a acarrear todos los gastos de producción, ya que no veía rentable ni justificado el capricho de este de realizar el videoclip un año después del lanzamiento del disco.

Un hombre corriente habría asumido la imposibilidad de tal hazaña y se habría rendido… pero no se llega a ser el “rey” sin una gran dosis de genialidad y audacia.  Una “mentirijilla” de Michael Jackson cambió la cultura pop para siempre. Se reunió con una recién nacida MTV y les dijo que Showtime (es decir, su competencia) iba a financiar el proyecto, y que solo esperaban de esa reunión una oferta aún mejor. MTV se podía permitir no financiar a Michael siempre y cuando nadie más lo hiciese, pero en caso de que alguien lo hiciese, no les quedaba más remedio que echar el resto y pagarle a Jackson lo que hiciese falta para no verse superada por las cadenas rivales en su propio terreno: la emisión de videoclips.  Cuando la MTV se dio cuenta del ardid, era ya demasiado tarde y se habían comprometido por contrato. De igual modo, Thriller no pudo ser más beneficioso para ambas partes.

El videoclip jugó con la ambigüedad de la mezcla de realidad y ficción dentro del propio vídeo. La gracia estaba en parodiar al género de terror, usando para ello unos efectos especiales y un maquillaje excelsos en su época. Ah, bueno… y supongo que también tenía su encanto el dar sustos de muerte a la chica Playboy, Ola Ray. Michael Jackson se reivindicó como estrella mundial y sucesor definitivo de Fred Astaire; y la MTV no solo multiplicó su fama y prestigio, también incentivó que todos los músicos del mundo se disputasen ávidamente el aparecer en su cadena realizando sus propios videoclips.

Michael J. cambio el arte del videoclip para siempre y por extensión cambió el mundo… y sin viajar en el tiempo o jugar en los Bulls,  lo cual sin duda tiene aún más mérito.

The Shoes – Time to Dance

Continuemos con uno de mis favoritos:

En este videoclip el actor Jake Gyllenhaal interpreta a un asesino… ¡de hipsters! Y lo hace la mayor parte del tiempo vestido de duelista de esgrima, ¿cómo es que a nadie se le ha podido ocurrir esto antes? Gyllenhaal cumple la fantasía interna de muchos de nosotros asesinando a todo aquel que ose practicar rastreramente el postureo. Desgraciadamente acaba descubriendo una verdad bien conocida por todos: “La música amansa a las fieras” y termina supliendo su sed de violencia por el baile como desahogo interno y necesidad vital.

No te dejes engatusar, Jake ¡Cárgatelos a todos! ¡A TODOS!

Is Tropical – The Greeks

Los niños ante todo son seres que por naturaleza son salvajes. El videoclip asume la violencia y la guerra como algo inherente al ser humano, pero a su vez lo trata como algo estúpido o sin sentido. No es descabellado pensar que el mundo está dominado por hombres con mentes de niños que compiten por destruirse unos a otros en una carrera que no lleva a ninguna parte. Ah, y también nos enseña que la violencia mola mucho… siempre y cuando esta sea de mentira.

Cinnamon Chasers – Luv Deluxe

Este es sin duda uno de los videoclips más originales rodados nunca. Grabado en primera persona desde la perspectiva de un joven que decide hacer un viaje en coche por los Estados Unidos. Road-movie de chico conoce chica y chica desbarajusta la tranquila existencia de este. ¿La moraleja? Que en las relaciones de pareja no hay que ser ni demasiado pasivo ni demasiado activo, y que ni haciéndolo todo bien tienes asegurado el ser felices y comer perdices… pues hay cosas abocadas al fracaso desde el principio cual tragedia griega.

The Wombats – Greek Tragedy

Y hablando de tragedias griegas… el término científico para referirse a la protagonista de este videoclips es «Loca del coño de mucho cuidao». Aunque apetecible es la idea de tener groupies dispuestas a todo por ti, este videoclip nos enseña que los peores deseos pueden volverse realidad. Nuestra querida amiga planifica y graba cautelosamente todos los pasos para “coleccionar” a sus admirados músicos.

Yeah Yeah Yeah – Sacrilege

Mezcla de Memento y Dogville. Las formas de Christopher Nolan de ir retrocediendo en el tiempo, con el fondo e historia de la hipocresía perversa que puede llegar a tener la sociedad; tal y como ocurre en la película de Lars Von Trier. Un videoclip diseñado para verse varias veces y de reflexión bastante profunda y abierta a debates.

Antony and the Johnsons – Cut the world

Videoclip muy simbólico, con el famoso actor William Dafoe, Carice Van Houten (Juego de Tronos) y la performance Marina Abramovic. Canción compuesta originariamente para una ópera inspirada en la vida de la artista serbia. Habla sobre una sociedad patriarcal donde la mujer es relegada a sumisa secretaria complaciente del jefe, el hombre. Con la muerte de este, la mujer se libera y puede así aspirar a conseguir una evolución futura. Aunque pudiera verse desde una postura hembrista, uno que escribe estas líneas no deja de pensar en que solo es la alegoría de una mujer atrapada en una relación sentimental que no la deja prosperar. Solo eso, que no es poco.

The Cardigans – My Favourite Game

La kamikaze y Femme fatale Nina Persson conduce por la arquetípica carretera americana, la famosa Ruta 66, aireando su desamor y su filosófica visión de la vida, según la cual las relaciones amorosas y todo lo demás no son más que un perverso juego. Ironías de la vida, acaba estrellándose contra la furgoneta en la que iba el resto de la banda. Pero aquí no acaba la cosa, el destino decidió que la popularidad del grupo y de la canción llegara con la salida al mercado de Gran Turismo 2, un videojuego de coches.

No Age – Fever Dreaming

No apto para claustrofóbicos. El enemigo no es otro que los márgenes del vídeo y, al igual que en La historia interminable, existe una fuerza destructora invisible que lo va arrasando todo a su paso. Todo lo que no se ve es destruido. Nuestros protagonistas intentarán combatirla con su única herramienta: la música. ¿Lo lograrán? En mi opinión, el videoclip es una metáfora sobre todo tipo de arte comercial. Lo que está dentro de los estándares es visto y perpetuado. Lo que está fuera de los márgenes es degradado, olvidado e ignorado. Y No Age no es un grupo demasiado famoso…

Metallica – One

One nos habla de la película Johnny cogió su fusil. La película trata sobre el mayor horror imaginable: quedarse ciego, sordo, mudo y sin extremidades en la guerra. Un alma y una mente encerradas en un cuerpo inútil sin capacidad de comunicación alguna con el exterior. El soldado Johnny vive su particular infierno sin poder ser salvado de sí mismo, sin saber muy bien si está vivo o muerto… dormido o despierto. En estas lides Metallica se desenvuelve como nadie más podría, pues siempre ha tratado temas escabrosos con mucha delicadeza.

Pearl Jam – Jeremy

Jeremy era un niño callado y apocado por la indiferencia de sus padres; un pobre chico del que abusaban en el colegio sus compañeros. Un día, cansado de todo, robó el arma que guardaban sus padres, y delante de sus compañeros se disparó en la cabeza para que nadie allí presente olvidara jamás lo ocurrido. Una historia real, que verdaderamente ocurrió en los Estados Unidos. Eddie Vedder, vocalista de Pearl Jam, conmovido con lo ocurrido, compuso esta canción para lograr prevalecer el mensaje de Jeremy; que ningún niño volviera a ser tratado como él, y evitar así que esta triste historia se repitiera.

La pasión de Vedder traspasa la pantalla y atraviesa al espectador con su mirada al igual que lo haría la bala de un revolver.

Desde que hemos comenzado la lista han muerto como unas veinticatorce mil personas dentro de mis videoclips. Para demostrar que también tengo mi corazoncito y no todo es violencia y muerte para mi…  aquí van estos otros.

Passion Pit – Carried Away

Tomando la senda de películas tales como (500) Days of Summer de Marc Webb o Eternal Sunshine of the Spotless Mind de Michel Gondry, el videoclip nos sumerge en una tragicomedia romántica con elementos de fantasía tan propios del género. Su encanto reside en cómo el espectador pudiera empatizar y verse reflejado en la cotidianidad de una relación. Las chicas con ese rollo loco a lo Zoey Deschanel nos gustan tanto…¿qué se le va a hacer?

Fucked Up – Queen of Hearts

Una profesora, unos alumnos, otra época. La profesora los prepara para cantar una canción… ¡y vaya canción! Los chicos son todo pasión y rabia; no es violencia, es un ejercicio de desahogo muy intenso. Sus compañeras son su contraste perfecto, mucho más serenas y sosegadas. La niña de la derecha es monísima y se mueve de forma verdaderamente adorable. Un videoclip extraño, confuso y muy difícil de explicar; pero sin duda atrayente. El yin y el yang.

Johnny Cash – Hurt

Poco importa que esta canción no fuera compuesta por el genio de Arkansas. La compusieron Nine Inch Nails… pero hasta ellos reconocen que la de Cash es la mejor versión. Y la verdad sea dicha, parece hecha totalmente a su medida. Solo los genios tienen derecho a despedirse a lo grande como hizo él con este videoclip. Su mujer, la cual aparece en el vídeo, murió semanas después del rodaje. Él, por el vínculo inseparable que lo unía a ella, abandonó el mundo solo unos días después. Y así se fue el gran Johnny Cash, legándonos en sus últimos días esta obra maestra indiscutible.

Manel – Aniversari

Y hablando de despedidas…  este videoclip que a través de su estética homenajea las novelas de Agatha Christie, nos habla de un amor prohibido, un amor imposible… o improbable. Este aprendiz de Hércules Poirot desvela a los presentes su particular hipótesis del crimen. Fantasía y realismo mágico como hilo conductor para este grupo catalán.

Un optimista videoclip que sirve de despedida… por ahora. Aún es largo y arduo el camino hasta culminar los 75 videoclips. Pronto más y mejor, prometido.

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Este artículo fue publicado originalmente en akrox.com